"Ésta es la vaca, hay que ordeñarla todas las mañanas para que produzca leche y a la leche hay que herviría para mezclarla con el café y hacer café con leche. Así continuaron viviendo en una realidad escurridiza, momentáneamente capturada por las palabras, pero que había de fugarse sin remedio cuando olvidaran los valores de la letra escrita."

Cien años de soledad, Gabriel García Márquez.

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martes, 6 de noviembre de 2018

PERSONAJES INOLVIDABLES. EPONINE, DE VICTOR HUGO

Estimados Macondovisitantes:

Hoy, 6 de noviembre del 2018, os presentamos una nueva entrada de nuestra sección "Personajes Inolvidables" destinada a uno de los personajes más emblemáticos de la novela de Victor Hugo, Los miserables. Nos referimos a Éponine Thénardier.

Antes de centrarnos en nuestro personaje, es preciso que hablemos sobre Victor Hugo. 
Aunque nació en Besanzón, al este de Francia, el 16 de febrero 1802, pasó la mayor parte de su infancia y adolescencia en París, salvo algunos años en Nápoles y Madrid, donde estuvo destinado su padre, un alto oficial del ejército. Tuvo dos hermanos mayores, Eugène y Abel, que también fueron escritores.
Victor Hugo casó con Adèle Foucher en 1822, con quien tuvo cinco hijos (sólo uno de ellos, Adèle, le sobrevivió); además es conocida su considerable cantidad de amantes, entre las que destaca Juliette Drouet.
A los 15 años participa por primera vez en un concurso de poesía; dos años más tarde resulta galardonado. A los 20 publica su primer poemario, Odas y poesías diversas, con gran éxito.
A partir de 1827, con la publicación de Cromwell, Victor Hugo se convierte en un escritor de referencia dentro del Romanticismo, por su estilo rompedor y su prolijidad. En 1841, con 39 años, accede a la Academia Francesa, y en 1845 es nombrado Par de Francia.

A partir de 1844 se involucra activamente en política. Su oposición al golpe de Estado dado por quien sería Napoleón III, en 1851, lo obliga a huir al exilio, primero a Bélgica, después a la Isla de Jersey y luego a la de Guernsey, en el Canal de la Mancha. No regresa a Francia hasta 1870.
En 1873 Victor Hugo decide dedicarse a la educación de sus dos nietos sin abandonar totalmente la política: en 1876 es elegido Senador.

A partir de 1878, cuando sufre una embolia, abandona la escritura activa, aunque se publican varias recopilaciones de sus obras.
Muere el 22 de mayo de 1885. Recibe un funeral de Estado (se dice además que el féretro es acompañado por cerca de dos millones de personas) y sus restos son llevados de inmediato al Panteón de París, donde reposan desde entonces. 

Uno de los personajes más emblemáticos de la obra es Éponine, un personaje incomprendido que será vital para comprender la obra de Los miserables. Pero, ¿quién era Éponine?
Éponine nació en 1815, hija de Monsier y Madame Thénardier, es descrita como una chica bonita, de cabello y ojos castaños, muy delgada y con voz grave. Está enamorada de Marius, aunque su amor no es correspondido. Es ella quien averigua dónde vive Cosette para contárselo a Marius y que éste pueda ir a verla, y es también quien evita que su padre robe en la casa de la joven y Valjean, siendo repudiada por su padre desde entonces por aquel motivo.
En un arrebato de celos, esconde la carta que Cosette le había dado para que se la hiciera llegar a Marius. Éponine termina falleciendo trágicamente a los 17 años de edad, en las barricadas de la revuelta antisoberanista, tras interponerse entre el arma de un guardia y Marius, para salvar la vida de éste. Antes de morir, le entrega la carta de Cosette a Marius, le confiesa que lo ama y le pide que, cuando fallezca, la bese en la frente, algo que Marius cumple sin pensarlo.

Enlace del vídeo:


Los Miserables
Cuarta parte: "Idilio en calle Plumet y epopeya en calle Saint-Denis"
Libro segundo: "Eponina"
Capítulo II: Formación embrionaria de crímenes en las prisiones
Víctor Hugo
Marius cumplió su promesa, y besó aquella frente lívida perlada de un sudor glacial. Un dulce adiós a un alma desdichada.
Se estremeció al mirar la carta que Eponina le había dado; sabía que era algo grave, y estaba impaciente por leerla. Así es el corazón del hombre; apenas hubo cerrado los ojos la desdichada niña, Marius sólo pensó en leer la carta.
Tendió suavemente a Eponina en el suelo y se fue a la sala baja. Algo le decía que no podía leer la carta delante del cadáver. La carta iba dirigida a la calle Verrerie, 16. Decía: "Amor mío: Mi padre quiere que partamos en seguida. Estaremos esta noche en la calle del Hombre Armado, número 7. Dentro de ocho días estaremos en Londres. Cosette. 4 de junio."
Lo que había pasado puede decirse en breves palabras. Desde la noche del 3 de junio, Eponina tuvo un solo proyecto: separar a Marius de Cosette. Había cambiado de harapos con el primer pilluelo con que se cruzó, el cual encontró divertido vestirse de mujer mientras Eponina se vestía de hombre.
Ella era quien había escrito a Jean Valjean en el Campo de Marte la expresiva frase "mudaos", que lo decidió a marcharse.
Cosette, aterrada con este golpe imprevisto, había escrito unas líneas a Marius. Pero, ¿cómo llevar la carta al correo? En esta ansiedad, vio a través de la verja a Eponina, vestida de hombre, que andaba rondando sin cesar alrededor del jardín. Le dio cinco francos y la carta diciéndole: "Llevadla en seguida a su destino". Ya hemos visto lo que hizo Eponina.
Al día siguiente, 5 de junio, fue a casa de Courfeyrac a preguntar por Marius, no para darle la carta, sino "para ver", lo que comprenderá todo enamorado celoso. Cuando supo que iban a las barricadas, se le ocurrió la idea de buscar aquella muerte como habría buscado otra cualquiera y arrastrar a Marius. Siguió pues a Courfeyrac, se informó del sitio en que se construían las barricadas; y como estaba segura de que Marius acudiría lo mismo que todas las noches a la cita, porque no había recibido la carta, fue a la calle Plumet, esperó a Marius y le dio, en nombre de sus amigos, aquel aviso para llevarle a la barricada. Contaba con la desesperación de Marius al no encontrar a Cosette, y no se engañaba. Volvió en seguida a la calle de la Chanvrerie, donde ya hemos visto lo que hizo: morir con esa alegría trágica, propia de los corazones celosos que arrastran en su muerte al ser amado, diciendo: ¡No será de nadie!
Marius cubrió de besos la carta de Cosette. ¡Lo amaba! Por un momento creyó que ya no debía morir, pero después se dijo: Se marcha; su padre la lleva a Inglaterra, y mi abuelo me niega el permiso para casarme; la fatalidad continúa siendo la misma.
Pensó que le quedaban dos deberes que cumplir: informar a Cosette de su muerte enviándole un supremo adiós, y salvar de la catástrofe inminente que se preparaba a aquel pobre niño, hermano de Eponina e hijo de Thenardier. Escribió con lápiz estas líneas: "Nuestro matrimonio era un imposible. Hablé con mi abuelo y se opone; yo no tengo fortuna y tú tampoco. Fui a tu casa y no te encontré; ya sabes la palabra que te di, ahora la cumplo; moriré. Te amo. Cuando leas estas líneas mi alma estará cerca de ti y te sonreirá."
No teniendo con qué cerrar la carta, dobló el papel y lo dirigió a Cosette en la calle del Hombre Armado 7.
Escribió otro papel con estas líneas: "Me llamo Marius Pontmercy. Llévese mi cadáver a casa de mi abuelo el señor Gillenormand, calle de las Hijas del Calvario número 6, en el Marais".
Guardó este papel en el bolsillo de la levita, y llamó a Gavroche. El pilluelo acudió a la voz de Marius y lo miró con su rostro alegre y leal.
- ¿Quieres hacer algo por mí?
- Todo -dijo Gavroche-. ¡Dios mío! Si no hubiera sido por vos me habrían comido.
- ¿Ves esta carta?
- Sí.
- Tómala. Sal de la barricada al momento, y mañana por la mañana la llevarás a su destino, a la señorita Cosette, en casa del señor Fauchelevent, calle del Hombre Armado, número 7.
El niño, muy inquieto, contestó:
- Pero pueden tomar la barricada en esas horas, y yo no estaré aquí.
- No atacarán la barricada hasta el amanecer, según espero, y no será tomada hasta el mediodía.
- ¿Y si salgo de aquí mañana por la mañana?
- Sería tarde. La barricada será probablemente bloqueada: se cerrarán todas las calles y no podrás salir. Ve en seguida.
Gavroche no encontró nada que replicar; quedó indeciso y rascándose la oreja tristemente. De repente, con uno de esos movimientos de pájaro que tenía, cogió la carta.
- Está bien -dijo.
Y salió corriendo por la calle Mondetour.
Se le había ocurrido una idea que lo había decidido, pero no dijo nada, temiendo que Marius hiciese alguna objeción. Esta idea era la siguiente: Apenas es medianoche, la calle del Hombre Armado no está lejos; voy a llevar la carta en seguida, y volveré a tiempo.
Aparte de tener el ejemplar original de la obra de Victor Hugo, Los miserables, también contamos con la versión manga de la obra. 


Espero que os haya gustado la entrada. 
Atentamente, 
El Equipo de Biblioteca. 

4 comentarios:

  1. En mi opinión de las mejores entradas de este maravilloso blog.
    Un saludo. Sube más como estos.

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  2. Una muy buena entrada y entretenida

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  3. Me parece interesante y muy bonito y adecuado para la enseñanza

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